Sigamos con las Quintas
Según datos de la época los loteos se hacen con distintos objetivos: entre ellos la instalación de comercios debido a las cercanías del ferrocarril y los caminos que llegan a Monteflores San Nicolás, para la formación de quintas veraniegas sobre las barrancas del Río Paraná y para tierras apropiadas para el cultivo de legumbres y frutas dando lugar al llamado Pago de las Quintas.
En los últimos años del Siglo XIX y principios del XX, se realizaron los primeros asentamientos, fundamentalmente italianos, que buscando un porvenir en estos lugares y atraídos por el progreso de la villa, se instalaron en los campos que por aquel entonces pertenecían a las familias Salvatierra y Oyarzabal, tierras que fueran parte de la propiedad de Don Diego de Alvear, aún se pueden observar las estructuras de los cascos de las estancias. Uno de los primeros contratos que vinculaba a uno de esos pioneros con los terratenientes es el de don Serafín Temperini, que data del 5 de Febrero de 1906. No existen prácticamente contratos anteriores pues estos inmigrantes, que eran muy pobres, trabajaron sus primeros años como peones en las cosechas de los mismos campos que años más tarde comprarían para afincarse definitivamente en las tierras de Villa Gobernador Gálvez, por entonces solo un paraje, muy promisorio para todos aquellos que deseaban trabajar en el campo.
Las primeras producciones que se lograron en las quintas, principalmente frutas y verduras, se vendían en la misma zona, entre aquellos que vivían en el poblado. Por aquel tiempo las quintas verdaderas donde se autoabastecían las necesidades de sus ocupantes.
En las primeras décadas del Siglo XX, los quinteros comenzaron a comercializar sus productos de granja y frutihortícolas principalmente, en el Mercado de Abasto, que se encontraba en la manzana formada por las calles Sarmiento, Pasco, Ituzaingó y Mitre, donde actualmente se levanta la Plaza de la Libertad, en la vecina ciudad de Rosario. La cantidad de productores había crecido notablemente por el auge que tenía la explotación agraria en “ Villa Diego”, y que convertiría a este barrio de la hoy, ciudad de Villa Gobernados Gálvez, en el Pago de las Quintas.
Las verduras se transportaban en carros hasta el mercado, una o dos veces por semana y en el mismo mercado los quinteros podían comprar todo lo necesario para sus tareas rurales y domésticas, en los llamados Almacenes de Ramos Generales desde una silla de montar hasta cacerolas y ollas para cocina.
Ya a mediados del siglo- década del `40 y del `50- aquellos primeros pioneros se habían convertido en dueños de las tierras, haciéndose una explotación minifundista en comparación con los grandes latifundios que desde la época de los Alvear, pasando por los Salvatierra, Erigurren, Oyarzabal y Chizzini Melo, dominaba territorialmente la región. En esta época se dio sin dudas el momento del gran auge e impulso de las explotaciones fruti-hortícolas. A la incorporación de maquinarias autopropulsadas se les sumó la llegada del segundo afluente de inmigrantes europeos principalmente Italianos, Españoles y Portugueses, que corridos por las guerras y la miseria vinieron a buscar pan y tranquilidad en estas tierras que por entonces eran un verdadero paraíso, que requería de esfuerzos y sacrificios pero por sobre todas las cosas con posibilidades de desarrollarse.
Las hectáreas se incrementaron notablemente y el esplendor hizo, entre otras cosas, que muchos de esos trabajadores rurales se asentaran definitivamente en él por entonces pueblo de Villa Diego. Ese esplendor al que se hacía referencia anteriormente coincidió con el crecimiento de todas las actividades comerciales e industriales de la región, que proyectó a la localidad hasta convertirla en una de las más promisorias del Sur de la Provincia.
Cabe mencionar que en el sector comprendido en la antigua Villa Gálvez, también se produjo un asentamiento similar al de la Villa San Diego, pero dadas las características productivas de la zona, los quinteros no prosiguieron en el tiempo y esas actividades ya no existen con la relevancia en la actualidad.
Según datos de la época los loteos se hacen con distintos objetivos: entre ellos la instalación de comercios debido a las cercanías del ferrocarril y los caminos que llegan a Monteflores San Nicolás, para la formación de quintas veraniegas sobre las barrancas del Río Paraná y para tierras apropiadas para el cultivo de legumbres y frutas dando lugar al llamado Pago de las Quintas.
En los últimos años del Siglo XIX y principios del XX, se realizaron los primeros asentamientos, fundamentalmente italianos, que buscando un porvenir en estos lugares y atraídos por el progreso de la villa, se instalaron en los campos que por aquel entonces pertenecían a las familias Salvatierra y Oyarzabal, tierras que fueran parte de la propiedad de Don Diego de Alvear, aún se pueden observar las estructuras de los cascos de las estancias. Uno de los primeros contratos que vinculaba a uno de esos pioneros con los terratenientes es el de don Serafín Temperini, que data del 5 de Febrero de 1906. No existen prácticamente contratos anteriores pues estos inmigrantes, que eran muy pobres, trabajaron sus primeros años como peones en las cosechas de los mismos campos que años más tarde comprarían para afincarse definitivamente en las tierras de Villa Gobernador Gálvez, por entonces solo un paraje, muy promisorio para todos aquellos que deseaban trabajar en el campo.
Las primeras producciones que se lograron en las quintas, principalmente frutas y verduras, se vendían en la misma zona, entre aquellos que vivían en el poblado. Por aquel tiempo las quintas verdaderas donde se autoabastecían las necesidades de sus ocupantes.
En las primeras décadas del Siglo XX, los quinteros comenzaron a comercializar sus productos de granja y frutihortícolas principalmente, en el Mercado de Abasto, que se encontraba en la manzana formada por las calles Sarmiento, Pasco, Ituzaingó y Mitre, donde actualmente se levanta la Plaza de la Libertad, en la vecina ciudad de Rosario. La cantidad de productores había crecido notablemente por el auge que tenía la explotación agraria en “ Villa Diego”, y que convertiría a este barrio de la hoy, ciudad de Villa Gobernados Gálvez, en el Pago de las Quintas.
Las verduras se transportaban en carros hasta el mercado, una o dos veces por semana y en el mismo mercado los quinteros podían comprar todo lo necesario para sus tareas rurales y domésticas, en los llamados Almacenes de Ramos Generales desde una silla de montar hasta cacerolas y ollas para cocina.
Ya a mediados del siglo- década del `40 y del `50- aquellos primeros pioneros se habían convertido en dueños de las tierras, haciéndose una explotación minifundista en comparación con los grandes latifundios que desde la época de los Alvear, pasando por los Salvatierra, Erigurren, Oyarzabal y Chizzini Melo, dominaba territorialmente la región. En esta época se dio sin dudas el momento del gran auge e impulso de las explotaciones fruti-hortícolas. A la incorporación de maquinarias autopropulsadas se les sumó la llegada del segundo afluente de inmigrantes europeos principalmente Italianos, Españoles y Portugueses, que corridos por las guerras y la miseria vinieron a buscar pan y tranquilidad en estas tierras que por entonces eran un verdadero paraíso, que requería de esfuerzos y sacrificios pero por sobre todas las cosas con posibilidades de desarrollarse.
Las hectáreas se incrementaron notablemente y el esplendor hizo, entre otras cosas, que muchos de esos trabajadores rurales se asentaran definitivamente en él por entonces pueblo de Villa Diego. Ese esplendor al que se hacía referencia anteriormente coincidió con el crecimiento de todas las actividades comerciales e industriales de la región, que proyectó a la localidad hasta convertirla en una de las más promisorias del Sur de la Provincia.
Cabe mencionar que en el sector comprendido en la antigua Villa Gálvez, también se produjo un asentamiento similar al de la Villa San Diego, pero dadas las características productivas de la zona, los quinteros no prosiguieron en el tiempo y esas actividades ya no existen con la relevancia en la actualidad.